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La práctica de yoga restaurativo se caracteriza por ser muy lenta, suave y reposada ya que busca una relajación profunda. Este estilo trabaja el Sistema Nervioso Parasimpático por lo que es muy efectivo para aliviar la ansiedad, el estrés o la depresión.
Judith Lasater, quien lo popularizó a nivel mundial, considera que las posturas restaurativas son posturas de ser más que de hacer.
Esta es una práctica Yin, es decir, pasiva dónde se mantienen las posturas varios minutos (de 3 a 5 min.). Para ello se usa material adicional como: mantas, bloques, sillas, bolsters, pared, etc. De esta manera se puede mantener la postura cómodamente y de manera totalmente pasiva dando lugar a una relajación a nivel profundo.
De acuerdo con la teoría taoísta el tejido yin es el tejido que se encuentra a profundidad, más cerca del núcleo y más lento para modificarse. Para trabajar este tejido hay que hacerlo a profundidad, de manera sostenida y sin movimiento. La flexibilidad y el rango de movimiento están influenciados principalmente por este tejido.
Es altamente recomendable alternar este tipo de práctica con la rutina de Asanas habitual, especialmente con aquellas que son más dinámicas y exigentes físicamente, ya que estas trabajan más el tejido yang, o músculo, que está más cerca de la superficie. El tejido yang cuando se ejercita se vuelve más fuerte.
Beneficios de la práctica restaurativa o yin